viernes, 6 de mayo de 2011

Belice: Donde TODO no es lo que parece.

Hopkins:

Después de conducir por el estelar paisaje de las montañas de Cayo y Stan Creek, nuestro próximo destino fue el pequeño y aislado (eso fue lo que pensamos) pueblo de Hopkins. Lo primero que uno reconoce es la terrible condición en la cual esta la carretera de entrada al pueblo junto con las mismas calles del pueblo.



Tan pronto como llegamos a nuestro hotel “All Season’s Guest House”, algunos tomamos las bicicletas para empezar a recorrer el pueblo. Las carreteras pronto nos resultaron engañosas y peligrosas ya que cada rato nuestras cadenas de bicicleta se nos caían. Uno pronto se da cuenta de la falta de infraestructura del pueblo y el hecho de que la mayoría de personas andan o a pie, o en bicicleta. Sin embargo, estas imágenes pronto cambian al darnos cuenta de los coches que vienen desde “afuera” o mas bien: desde los resortes y grandes casas de los extranjeros. Los vehículos rápidamente cambien de ser simples bicicletas o un par de pies humanos con ampollas a ser “Land-Rovers” o “Hummers”. Uno inmediatamente se pregunta: ¿de donde carajo pueden venir tales coches?

La respuesta es simple: vienen de las personas que son propietarias de las grandes propiedades y lotes que quedan en la playa o en el los resortes a las orillas del pueblo. Pues en Hopkins hay una gran cantidad de inversión extranjera. La mayoría de estas personas son de Estados Unidos y Europa y vienen ha hacer inversiones de largo alcance. Es decir, estamos hablando de que sacan prestamos de 20 a 40 años. Así qué no son simplemente casitas de verano…

Sin embargo, dentro de Hopkins existe también una comunidad que aun se considera muy orgullosamente Garifuna. Se puede decir que la comunidad Garifuna está adentro, o en las carreteras no pavimentadas y descalzos, mientras que los extranjeros y propietarios de grandes terrenos y resortes están en las orillas con sus coches de lujo. Esto es, en realidad, algo que me resulta ser un poco irónico, ya que a lo largo de nuestros diferentes recorridos por otros lugares del Caribe, casi siempre son las orillas de pueblos o ciudades que contienen a las poblaciones marginadas. Pues bienvenidos a Belice, otro mundo, donde nada es lo que parece!

Pues es que Hopkins no lleva ni 15 años de haber obtenido electricidad. Era una comunidad que antes se enorgullecía en ser ‘auto-subsistente’. ¿Pero que pasa? Llega la luz y con eso llega el Gobierno. Llega la luz y con eso llegan también los Chinos que junto con las pequeñas casitas de hospedaje (realmente propiedades de las familias Garifunas locales) y los hostales junto a la playa ahora forman gran parte del flujo de dinero dentro de Hopkins. Pero ese dinero no es el ‘grande’, el grande viene de los inversionistas que también llegaron con la luz. Los que ya están trabajando en pavimentar la carretera y calles de Hopkins para que puedan llevar a cabo sus grandes desarrollos.

¿Pero con todo este desarrollo e inversión, que pasará con la comunidad Garifuna?

Tuve la oportunidad de hablar con dos muchachos Garifunas llamados Kenny y Lexly. Ambos muchachos no excedían los 25 años y se pasaban el día entero tomando ron y fumando marihuana (en Hopkins las que trabajan son las mujeres). Mi encuentro con ellos fue bastante interesante ya que no me esperaba de que empezaran a hablar sobre su cultura y las preocupaciones que tienen de perderla (al parecer la marihuana hizo que se pusieran a reflexionar sobre sus vidas, no me quejé). Pero bueno, ellos temían que sus tradiciones y el uso de su lengua Garifuna de hecho ya se estaba perdiendo por la falta de interés por parte de las generaciones menores. Me decían que los jóvenes hoy en día ya no quieren hablar Garifuna y que prefieren hablar el Inglés o el Criollo. Similarmente, había un flujo migratorio muy fuerte hacia Dangriga por parte de los jóvenes que también impedía la continuidad de su cultura. En fin, le dieron mucha importancia al rol que juega la lengua en la continuidad de la cultura. No obstante, me pregunto si eso debería de ser la máxima preocupación de Lexly y Kenny?

Pues pensándolo mas en serio, el mayor flujo de dinero que hay en Hopkins viene desde afuera, de los grandes inversionistas y extranjeros previamente mencionados. Y en una sociedad donde el dinero lo dicta y manda todo, estas son las personas que realmente serán los dueños de Hopkins en 10 años (si es que aún no lo son). Y honestamente dudo que a una persona que viene ha hacer una inversión en una propiedad le importe mucho la continuidad de una cultura que no tiene nada que ver con sus intereses. En otras palabras, al extranjero le importa un bledo la cultura Garifuna y ‘el negro’ que toca sus tambores para entretener a los turistas que vienen a fumar marihuana con ellos:


¿Aquí los tienes, te importan?

Por estas razones, no estoy seguro si la mayor preocupación de Kenny y Lexly debería de ser la falta del habla Garifuna entre los jóvenes de Hopkins, sino del monstruo extranjero/turístico que más y más se está infiltrando en su mundo y apoderándose de sus tierras y propiedades. Pues si esto sigue así, muy pronto Kenny y Lexly se encontrarán sin casa y tierra en un camión hacia Dangriga o Belize City forzados a hablar solo Inglés o Criollo. No solo estarán envueltos en un mundo que no es Garifuna, sino que tendrán que dejar su circulo vicioso de ron y marihuana – cosas que dudo les agrade mucho..

Placencia:

Cuando empezamos a entrar en Placencia, uno de los primeros carteles que uno ve dice así: “Plantation Estates.” El cartel se refiere a un proyecto que el estado junto con el grande dinero de los inversionistas extranjeros esta llevando a cabo. Pues si pensamos que en Hopkins había grande dinero, es solo un pincho de lo que hay en Placencia. Además de ofrecer un turismo de placer tanto al nacional como al internacional, Placencia también ofrece un turismo de largo plazo para cualquier persona (con dinero, obviamente) que quiera venir a quedarse a vivir. La renta de lotes, casas y propiedades esta a la mano del que quiera extenderla llena de billetes.







Las personas que realmente vivían en el centro de Placencia, al pasar de los años, poco a poco han ido siendo desplazadas a otros lugares en las afueras, como por ejemplo el pueblo de Independencia.

Esto fue lo que me dejo saber “Clyve” un vendedor ambulante de frutas y verduras que tuvimos la dicha de entrevistar. Pues Clyve, aunque originalmente es de la Ciudad de Belice, lleva mas de 10 años trayendo su negocio a Placencia. Clyve nos contó que viaja por todo el país para conseguir su producto y que a veces llega hasta Chetumal (le dio mucho orgullo decirnos que sus manzanas eran Mejicanas!). Nos dejo saber que la mayoría de los turistas que están en Placencia vienen desde Estados Unidos y Europa y que tienen sus lotes y propiedades en lugares como “Plantation Estates” o “Cocoplum” porque está demasiado lleno de gente dentro de Placencia. Clyve pronto sugirió que para él, el turismo es como una espada de dos filos que obviamente puede ser bueno económicamente, pero parecía estar muy consciente del hecho de que se apoderaba de tierras, gente, y casas. Afortunadamente, a los turistas con calor les gusta refrescarse con una manzana o pedazo de sandia fresca, así que a Clyve le va mas o menos bien.

No obstante, una de las cosas que mas me impresiono, fue toda la construcción de lotes y así mismo la destrucción del manglar que se esta llevando a cabo en Placencia. El manglar literalmente ha sido destruido y las construcciones están quedando por en cima de él. Le preguntaba a Clyve si no había algún tipo de ley que impidiera tal acción y simplemente me dijo: “when you have the money to buy the land, you do whatever you want with it.” Inclusive, me dijo que hay tanta construcción de lotes y negocios turísticos en Placencia, que están hasta cerrando fabricas y otras industrias para hacer campo para el turismo. Me comento que pronto iban a cerrar una fábrica de naranjas. Esto me hizo pensar en los trabajos que perderán todos los inmigrantes Centroamericanos que trabajan en esas industrias dentro de Placencia. Todo por la inversión y el placer del turista..

Es difícil no pensar en esta apoderación de industrias, tierras, manglares, e inevitablemente hasta de gente como un tipo de Neo-Plantación. Pues lo que está pasando en la mayor parte de Belice, pero muy explicito en Placencia, es casi como si fuera una re-creación de un subconsciente hacía un pasado de plantación. Obviamente, ya no estamos hablando del corte de caña o algodón para ponerlo así, pero de brindarle al turista (que generalmente es Blanco – como los grandes ‘Masters’ de la plantación) toda la paz y tranquilidad del mundo. Es irónico pensar en la idea de que los Garifuna se enorgullecen por ser un pueblo que siempre ha sido libre y ha vivido tantos años sin ser esclavos, y ahora estamos en el siglo XXI hablando de un nuevo tipo de esclavitud – el turismo y desarrollo descarado que se apodera de su gente y sus tierras.



Dangriga:

En realidad, todos estos lugares son un tipo de proyecto. Sin embargo, Dangriga es uno de los mas complicados de tratar de descifrar. Es casi como si Dangriga fuera el proyecto fallido que no ha tenido la ‘fortuna’ de tener el boom que ha tenido un lugar como Placencia.

Al entrar a Dangriga, uno inmediatamente siente un sentimiento como si el lugar estuviese abandonado.



Para empezar, hace un calor fatal que mantiene a la mayoría de las personas dentro de sus casas. Dangriga tiene un sentir muy industrial y no se puede disfrutar de los grandes paisajes de casas extranjeras o lotes turísticos que se ven en lugares como Placencia. Dentro de la ciudad, hay una gran población de Chinos que básicamente controlan gran parte del flujo del dinero, o quizás esa sea la fachada que se nos presenta.

Pues yo considero que deberíamos de ver a Dangriga como un lugar donde cosas pasan “bajo el radar” para ponerlo así. Es decir, sirve como la entrada y salida de los diferentes tipos de contrabando que forman una parte tan importante de no solo un país como Belice, sino que de todo el Caribe. Pues en lugares como Belice y el Caribe se permiten cosas que no se permiten en otras partes del mundo.



No cabe duda que Dangriga es visto como un lugar donde hay bastante violencia, y al parecer si lo hay. Pero insisto en que estas cosas también sirven de fachada para cubrir lo que verdaderamente está pasando aquí.

Tuve la oportunidad de hablar con una chica joven llamada “Whitney”. Ella me decía que en Dangriga no había tanta violencia como lo hay en la Ciudad de Belice. No obstante, consciente o inconscientemente hizo la comparación. Me contaba que ella trabajaba tiempo completo en un restaurante que es negocio de un Chino al que le llaman “Daymon”. Me decía que no había mucha gente afuera en la ciudad porque mucha gente andaba disfrutando de las vacaciones en lugares como Placencia. Pronto me di cuenta de que me estaba tratando de convencer de que Dangriga no era un lugar tan malo. Me comentaba que también hay bastante gente en Dangriga que son propietarios de cayos y que llevan a turistas a pasar el día y ha hacer actividades en las islas.

Lo cual me lleva a mi punto final: nuestra experiencia con el famoso personaje “King”. Este hombre nos recibió en su cayo “Bread and Butter” con una hospitalidad espectacular.



Para mí, este personaje encarno muchos de los puntos que hemos venido discutiendo en nuestro blog. King es el turismo, el contrabando, la sobrevivencia y la violencia. En fin, King… aunque sea empleado de un inversionista del estado de Minnesota en Estados Unidos se apoda King por alguna razón. Pues si bien los diferentes proyectos de turismo, de inversiones, de grande capital, y hasta de contrabando que se están llevando a cabo en lugares como Hopkins, Placencia y Dangriga son una forma de Neo-colonización o Neo-plantación, King no es un típico esclavo servicial. Pues King, abiertamente nos contó sobre las actividades en las que necesita de estar envuelto. Por ejemplo, nos contaba sobre su participación en el contrabando de tortugas para poder obtener el escudo. ¿Pues de donde creen que los músicos Garifunas sacan sus escudos de tortugas musicales?



En otra ocasión, nos explicaba la serie de redes que ha incorporado debajo de su isla para poder aprovechar la pesca en todo su esplendor. ¿O que tal el barril de marihuana que su hermano (o guardaespaldas) el “Tío Willie” dijo haberse encontrado en el mar? Y ni mencionemos las miles de conchas rosadas con las que básicamente ha construido su isla. Estas son cosas que quizás el “White master” o su jefe de Minnesota (como lo queramos ver) no vea con tanta satisfacción. Pero al final del día, King ha podido tomar lo que le ha dado su jefe y darle vuelta para que pueda sobresalir él mismo – si eso no es el bregar puro, no sé qué es… King es un excelente ejemplo de cómo en el Caribe se cumple con una fantasía turística que se fundamenta en la economía del deseo. Algo que el primer turista que llego a estas tierras comenzó, y seguramente estaría orgulloso de ver que fundamentalmente no ha cambiado tanto. En algún lugar, o más bien: en alguna isla del Caribe, Cristóbal Colón esta sonriendo…

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