viernes, 11 de marzo de 2011

El Progreso es bienvenido.




Existen datos históricos irrefutables, esos que la Historia como disciplina aun en su posmoderna maleabilidad los consiente y los presenta como objetivos. Así que para recontar la historia de este pueblo de pescadores que ostenta el rimbombante nombre de Progreso comenzaremos por el principio; el territorio queda comprendido entre los paralelos 21° 10' y 21° 19' latitud norte y los meridianos 89° 34' y 89° 57' longitud oeste; posee una altura promedio de 2 metros sobre el nivel del mar. Limita al norte con el Golfo de México; al sur con Ucu y Merida al este con Ixil y Chicxulub y al oeste con Sisal. El 1º de julio de 1871 fue fundado el puerto de Progreso con la categoría de pueblo, que pierde el 9 de enero de 1875 al convertirse en villa, nueve meses más tarde el 4 de octubre del mismo año se le otorga el título de ciudad que hasta nuestros días conserva tras las construcciones de inversiones de los dirigentes residentes de Mérida. Se bautiza con el nombre de Progreso de Castro, en honor al fundador de la ciudad en 1911 Juan Miguel de Castro. Este ilustre hijo del estado; según los cronistas contemporáneos de la ciudad Romeo y Rubén Frías, “era un hombre visionario y amante de la prosperidad de Yucatán al percatarse de el potencial de la localización mas cercana a la capital para el beneficio de la exportación de henequén y otros negocios que llegaban o iban por vía marítima.”

En el trabajo redactado por los mencionados cronistas, titulado Monografía. Historia, geografía marítima y cultural de Progreso de Castro, Yucatán, publicada en dos ediciones en la misma editorial del Ayuntamiento de la ciudad de Progreso trata no de decepcionar al lector sobre lo prometido en el titulo, al exponer diversos detalles socioculturales y económicos de la ciudad. Mediante el uso de una prosa imperativa los hermanos Frías revisan de manera bastante general y un tanto pretenciosa los acontecimientos que dieron forma a la construcción de la ciudad. Además de proponer una mirada un tanto excluyente de las aportaciones de distintos grupos étnicos a la región así como consecuentemente la de distintos grupos sociales que se beneficiaron o perjudicaron de la construcción de un muelle en esta parte de la Península. Esta propuesta histórica es mas que nada, una oda a figuras que responden a una tradición de valores vinculados a la macro-historia Mexicana; como por ejemplo al destacar la visita al puerto del presidente de la Republica Porfirio Díaz o del entonces candidato presidencial Francisco Madero, sin descuidar los protagonismos que iban sucediendo conforme a como iba cambiando el panorama político en uno de los puntos mas alejados del poder central del país. Por citar algunos, la familia Cantón en su desempeño para promover la construcción del ferrocarril y posteriormente la carretera asfaltada desde Mérida hasta Progreso, los descendientes de Castro Martín o los Lizama Villafañe, quienes ostentaron una posición protagónica en los medios de comunicación y movimientos culturales promovidos en el puerto de Progreso. El bienestar económico de ciertas familias residentes de Yucatán fue la razón por la cual esta ciudad fue fundada y al pasar de los años fue auspiciada económicamente mayormente en respuesta a sus proyectos. Aunque estas movidas beneficiaron a ciertos sectores ajenos a los círculos de poder; a lo cual podemos adjudicar las oleadas migratorias de otras partes del estado e incluso de personas provenientes de las afueras de este, podemos observar las diferencias sociales fácilmente delimitables en la ciudad. Conforme exploramos la distribución de los recursos y acorde con una interpretación geográfica de la realidad de la región, el paisaje y su manipulación juegan un papel fundamental debido a las misma limitaciones que este impone.





Sin embargo el territorio fue testigo de ataques piratas, las inmigraciones a veces forzadas otras insistentemente sugeridas que son parte de la realidad histórica de este pueblo y que no aparece en el recuento redactado por los hermanos Frías. Estos por el contrario les dieron prioridad a hacer constar la añoranza por las bohemias y charlas culturales en ‘El cordobés’; punto de reunión mas antiguo del pueblo, y con esto vanagloriar el pasado brillante de las fortunas producidas a espaldas de la producción del henequén. Vale señalar la reprobación que expresa el mismo señor Romeo Frías, en torno a las inversiones extranjeras en Progreso lo cual pude constatar en una entrevista que tuve la oportunidad de tener con el autor. La historia de este pueblo no solo debe limitarse a registrar los triunfos de algunos sino los retos que ha representado mantenerse a la par con ‘el progreso’. Irónicamente, contrario al deseo expresado en su nombre, la conservación de las infraestructuras de Progreso no se encuentra entre las prioridades de los dirigentes de la comunidad, es así como notamos que las divisiones de la comunidad no solo se reflejan en las diferencias señaladas por el acceso a los recursos económicos, sino que se percibe una fragmentación y una discontinuidad histórica determinada en gran parte por la necesidad de adaptarse a los desvaríos de la economía. La ciudad no posee vestigios de asentamiento de origen maya en el territorio del municipio; estructuras angulares en los planes de conservación de los estados mexicanos, pero posee el puerto más importante del estado y junto a este la historia atada al henequén, la miel y el mar. Al mismo tiempo es la ciudad más joven de Yucatán; una juventud que prolonga en vano que estira su arruga, al día de hoy para sonreír a inversionistas y turistas.

La fundación del puerto de Progreso surgió como una necesidad: el traslado de la aduana de Sisal a un sitio más cercano a la capital del estado, de ahí en adelante el establecimiento de la primera línea telegráfica (1871), la inauguración del ferrocarril (1881), la apertura del faro (1893), provienen del deseo de satisfacer las necesidades de quienes andan de paso quienes pretende lucrarse de fibras o paisajes. ¿Cuan distinta es la función de la ciudad en el siglo XXI de la que tuvo en el XIX? En los siguientes trabajos exploraremos las conjeturas que se prologan al hilvanar la economía, los servicios, la cultura, en fin la versión de progreso de esta zona de la Península Yucateca.



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