martes, 25 de enero de 2011

Espejos

De camino a Campeche se ven a lo lejos las montanas de piedra caliza de donde sacan la arena y la piedra, materia prima para construir la carretera. Camino por donde pasaran las guaguas, camiones llenos de turistas o 'coaches'; en buen espanol, que viraran a la derecha en la PEMEX. Comienza el olor a mar, los vendedores apuestan su bisuteria, hamacas, trompos y loterias Campechanas a los que bordeamos la ciudad por sus orillas. Continuando por el camino de la costa, la ciudad nos brinda una segunda bienvenida; tal vez un tanto menos calurosa, un gigantesco Centro de Convenciones bautizado Campeche Siglo XXI, un casino y un Applebees.

De repente comienza la imagen de postal, la muralla con su Puerta al Mar, los restos del Bastion de San Cristobal seguido por una fuente de diseno asimetrico que pretende seguir el oleaje de un golfo que a su vez, no puede competir con el azul imposible de la fuente. Los colores pasteles me asaltan la vista, recordandome con demasiada insistencia el poder de ciertos hombres que en otro punto del Caribe tambien bregaron para que su historia tambien pudiera ser digerida en afiches destinados a paises frios. Nos bajamos, a explorar(?), el mapa que brinda el hotel apunta insistentemente a lugares apropiados para comer, al ignorarlo llegamos al mercado. Alli se encuentra todo lo que los que bregaron con el punto de donde yo vengo en el Caribe no pudieron salvaguardar; munecas, satenes cilantro, tortillas, especies, pescado, pollos, carne y segun alguien me dijo, pieles de gato coexistiendo, salvando su espacio a 7 cuadras del Applebees. Solo que aqui puedo comer lo que regala el mar.

Entre una cosa y otra nos dirigimos al tope de la ciudad, desde el punto mas alto se percibe la fuerza del viento zurcando los vaivenes del mar. Garitas en cada punto cardinal, con centinelas que debian salvaguardar este punto de intercambio de lo que llegaba a de Cartagena, lo que se iba de La Habana, a San Juan o lo que se perdia en la glotoneria Europea.

Al hablar con el encargado de la oficina de turismo, el muchacho se mostro muy entusiasmado de compartir su vision de la historia de la ciudad; sus barrios, las rupturas sociales y la historia de una familia que atraveso con su tranvia los baluartes y murallas que protegian a los conquistadores que sucedieron a Guerrero. Aunque de manera menos ingenioso que el ataud de Lorencillo, se transgrede la estructura de piedra.

La UNESCO llego a salvar del olvido y el castigo de la indiferencia criolla a la que sometieron la arquitectura iberico-morisca que engalana la ciudad y que los turistas atacan hoy con sus camaras. Busque la oficina de la persona que se encarga de hacer constar que se cumplan con los criterios del iv al vi que se desglosan en la pagina web de la institucion, pero no lo encontre. Sin embargo su precencia esta en todas partes y en cada angulo que apunto mi camara lo puedo constatar. Me dan un brochure de ofertas, me ofrecen a precios tentadores la 'Ciudad Blanca' que estoy intentando habitar, a Campeche 'Ciudad colonial' y a Cancun con su "Jungle Tour" que me permitira admirar la famosa laguna de Nichupte donde podre admirar (verbo insistente en esta literatura) peces, mantarrayas y morenas. Me asuste, vamos para Uxmal.

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